He encontrado la herramienta que buscaba; mucha información sobre neurología, un campo para seguir formándome; un reto para integrar este método a la mi práctica profesional; también un reto para aprender a plantear buenas preguntas, una nueva forma de abordar a los pacientes en la consulta.

A nivel personal una experiencia muy enriquecedora.

He  encontrado una herramienta que se puede utilizar en multitud de situaciones terapeúticas, y que tiene un alcance, en cuanto a su aplicación, que supera en mucho lo que imaginaba.

Una técnica completa ya que se trabaja a nivel consciente, subconsciente e inconsciente. Y a  nivel físico, emocional, mental…

Aprendizaje práctico desde el primer día, progresivo y acumulativo, de lo mejor.

Más seguridad en consulta. Aunque nunca me ha dado miedo el acompañar a personas sí me daba respeto entrar en situaciones de trauma sin habilidades suficientes para tratarlas/cerrarlas.

La PNA me ha permitido  tratar temas muy duros de una forma profunda y al mismo tiempo muy amable sin que la persona se retraumatice y mejorando en pocas sesiones.

Tiempo atrás había estado a punto de apuntarme en dos ocasiones a la formación. Realmente de lo que dudaba era de si tendría la energía suficiente para todo. No sabía que el curso me la devolvería multiplicada.

He encontrado: Un curso completo y generoso. Compromiso e implicación. La misma si hay un alumno que cien. Destaco la pedagogía, metodología, la sistematización, el orden, la claridad e integridad.

Decidí continuar con la formación y cursar el Máster de Experto en PNA porque quería seguir aprendiendo más y más, cada vez me sentía más capaz de poder trabajar aspectos que antes, como terapeuta, me veía con muchas dificultades o muchas limitaciones.

Con el Practitioner me empoderé mucho y estaba mucho más segura de seguir aprendiendo esta técnica que tantas alegrías me está dando.

Pues he notado una mejoría porque como, sobretodo, en el mundo adolescente les cuesta mucho hablar y están con él “no sé”, “no sé decírtelo”, “no sé lo que siento”, pues trabajar en camilla, trabajar con la parte somática facilita mucho el trabajo terapéutico y, a ellos, sin trabajar o parecer que están trabajando avanzan y mejoran muchísimo. Lo ven ellos y lo ven los padres.

A nivel profesional, me ha aportado sobre todo una herramienta para trabajar con la parte inconsciente a través del cuerpo bastante más amable que otras herramientas que usaba antes, y te permite acceder a lugares que con otras técnicas o de otra manera se tarda más, es como más lento, a veces es demasiado invasivo.

PNA es más amable y acelera bastante el proceso de terapia.